Este pasado 11 de noviembre Rúben Amorim tomaba las riendas del Manchester United. Un mes desde que dejó Lisboa, donde estaba bordando una campaña perfecta con el Sporting para unirse a un grande en horas bajas. Un paso arriesgado, pero necesario en su trayectoria, pues necesitaba probarse a los mandos de uno de los mayores clubes a nivel histórico.