A juicio de Reese, el fallecido Pontífice le dio una imagen fresca a la Iglesia. “Tenía un enfoque diferente para su gobierno. Odiaba el clericalismo. Odiaba cuando los sacerdotes y obispos actuaban como príncipes. Así que los animó a adoptar un estilo de vida más sencillo y también a escuchar a su gente”, dijo en entrevista con La Tercera.