China no está contenta con Starlink de Elon Musk y prepara contramedidas para neutralizarlo

Starlink ya domina el cielo con más de 8.000 satélites operativos—dos tercios de todo lo que orbita la Tierra—y ofrece internet rápido allí donde ni siquiera llegan los chismorreos del vecindario. Esa omnipresencia inquieta a China, que teme un “Caballo de Troya” militar controlado por Washington.

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¿Solución? Convertirse en el mayor aguafiestas espacial de la década.

¿Por qué Starlink enciende las alarmas rojas de Pekín?

Desde la invasión rusa de Ucrania, la red de Musk demostró que puede sostener drones y comunicaciones militares en pleno combate. Beijing ha tomado nota, y no le hace ninguna gracia que un CEO tan impredecible maneje algo tan crítico como el Wi-Fi del planeta.

Con más de 140 países conectados—China, Irán y Corea del Norte son de los pocos “puntos muertos”—SpaceX se ha ganado el sobrenombre de “semi-monopolio orbital” en papers chinos que literalmente claman: “¡Cuidado con Starlink!”

Fuego desde las profundidades: submarinos con láser

Uno de los estudios más sonados propone equipar submarinos furtivos con láseres de megavatios capaces de “tostar” satélites desde debajo de la línea de flotación. El truco está en disparar y sumergirse antes de que el enemigo detecte el origen del rayo (una versión acuática del “pega y corre” espacial).

La idea se detalla en un paper de la Academia Naval de Submarinos de la PLA, que subraya la ventaja de no dejar estelas de misiles ni firmas térmicas evidentes.

Satélites de ataque con propulsores iónicos (y mala leche)

Otro lote de investigaciones imagina satélites “cazadores” que sigan de cerca a los Starlink, escaneen sus frecuencias y, llegado el momento, suelten materiales corrosivos sobre sus baterías o lancen micro-láseres de alta densidad.

El empuje iónico permite maniobras finas y silenciosas, algo crucial cuando te metes en una carrera de relevos a 550 km sobre la Tierra.

Guerra logística: sabotaje de tornillos y chips

No todo son rayos mortales: algunos think tanks chinos proponen atacar la cadena de suministro de SpaceX, aprovechando que más de 140 proveedores—muchos de ellos fuera de EE. UU.—fabrican piezas clave del programa.

Cortar un tornillo aquí, un chip allá, y la “fábrica de satélites más rápida del Oeste” se ralentiza como conexión dial-up.

Mientras tanto, China construye su propio “Starlink con salsa de soja”

En 2021 nació la estatal China SatNet, encargada de la megaconstelación Guowang: 13 000 satélites planificados y 60 ya en órbita.

Por su parte, la startup de Shanghái Qianfan (alias G60 Starlink) lleva 90 de los 15 000 previstos y ya corteja contratos en Brasil, Kazajistán, Malasia y media África. Si todo sale según el guion, China pasará de neutralizar a Musk a competir codo a codo con él.

¿Comienza una nueva Guerra Fría en la órbita baja?Riesgo de colisiones: cuantos más “trenes de satélites” crucen el cielo, mayor el peligro de un domino effect catastrófico.Armas de doble filo: láseres orbitales y satélites cazadores sirven para defensa… o para ataque.Dependencia de actores privados: que un magnate pueda encender o apagar la comunicación de un Estado ya inquieta a la Unión Europea y otros aliados de EE. UU. ﹘la lección de Ucrania no se olvida. Lo que viene

El tablero espacial se recalienta: Amazon apenas suma 78 naves para su Project Kuiper, mientras Musk lanza cohetes como quien actualiza una app.

Si Pekín cumple sus planes y al mismo tiempo aprende a “apagar” Starlink, podríamos entrar en una era donde la conectividad satelital sea tan estratégica como el petróleo en los setenta.

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¿Será 2026 el año en que veamos el primer láser submarino disparar al cielo? No hay guion escrito, pero la serie promete más cliffhangers que una temporada de The Expanse.



Fuente: https://www.fayerwayer.com/internet/2025/08/06/china-no-esta-contenta-con-starlink-de-elon-musk-y-prepara-contramedidas-para-neutralizarlo/

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