En el verano de 2023, la Saudi Pro League dinamitaba el mercado de fichajes. El fichaje de Cristiano Ronaldo en enero era la primera gran piedra de un esfuerzo inversor con el que Arabia buscaba un golpe de impacto mediático que consiguió. A partir de ahí, las prioridades se han ido modelando. Desde las estrellas que buscan un último destino hasta el desarrollo integral de los clubes, privatizándolos, y donde el cuidado por la cantera, así como el 'scouting', ha aumentado. El paradigma de esta evolución es el Al-Qadisiyah, propiedad de Saudi Aramco, la mayor compañía energética del país.
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